Eduard Estivil, médico y experto en sueño, revela cuál es el día en que peor dormimos de la semana

Uno de cada tres españoles nunca duerme bien, según las últimas estadísticas de la Sociedad Española del Sueño

Fotomontaje de una mujer intentando dormir y Eduard Estivil, médico y experto en sueño / Montaje Consumidor Global
Fotomontaje de una mujer intentando dormir y Eduard Estivil, médico y experto en sueño / Montaje Consumidor Global

Seguro que más de una vez has sentido la necesidad de meterte en la cama tras una discusión o recibir una mala noticia. Este estado de cansancio y extenuación habla de cómo necesitamos dormir bien para reparar nuestra salud mental. El sueño es una herramienta terapéutica que sostiene nuestra salud física y emocional desde los cimientos.

Sin embargo, para una parte importante de la población española tiene esta pata de su salud bastante coja, pues su descanso nocturno está lejos de ser reparador.

Uno de cada tres españoles no duerme bien nunca: ¿Sabemos a qué se debe?

La Sociedad Española del Sueño estima que uno de cada tres adultos lidia con algún tipo de trastorno del sueño, desde insomnio ocasional hasta problemas respiratorios nocturnos que pasan desapercibidos y que van mermando la calidad del descanso —y que va en detrimento de la salud al fin y al cabo—. Aunque solemos pensar que dormir siete horas es suficiente para encontrarnos con buena energía por las mañanas para afrontar el día, la realidad es mucho más compleja.

¿O es que acaso no te has preguntado por qué una noche de sueño de apenas cinco horas puede hacer que te levantes mejor que otra de diez? Resulta que esto puede atender al tipo de sueño que están teniendo, y sobre todo si está siendo de calidad. Muchas veces, los pequeños hábitos automáticos pueden convertirse en señales silenciosas de que algo no va bien.

Uno de esos indicadores es el ronquido, un sonido que a menudo trivializamos. En muchos casos, roncar es una consecuencia directa de la postura al dormir o de la relajación muscular propia del descanso. Pero cuando se convierte en una constante, conviene consultar a un especialista, ya que podría estar relacionado con apneas del sueño, pausas respiratorias que fragmentan la calidad del descanso sin que la persona lo perciba. Dormir parece algo sencillo… hasta que deja de serlo.

¿Cuál es el peor día de la semana para el sueño? La ciencia tiene respuesta

Entre las preguntas que más curiosidad despiertan entre quienes buscan mejorar su higiene del sueño está una que parece inocente: ¿Hay un día de la semana en el que dormimos peor? El experto Eduard Estivill, pediatra, neurofisiólogo y uno de los grandes referentes internacionales en medicina del sueño, tiene una respuesta clara: sí, y ese día es el domingo.

En uno de sus vídeos más compartidos en redes sociales, Estivill explica que existe evidencia científica que respalda esta afirmación. El llamado Sunday Scaries —esa inquietud anticipada que aparece antes de que empiece la semana laboral— no es solo un fenómeno cultural: afecta directamente a la fisiología del sueño por tres motivos clave:

1. El desajuste del reloj interno
Los fines de semana tendemos a modificar nuestros horarios: nos acostamos más tarde, alargamos la mañana, hacemos siestas prolongadas… Todo ello retrasa nuestro ritmo circadiano. De modo que, cuando llega el domingo por la noche, el cuerpo aún se comporta como si siguiera en “modo sábado”. Resultado: cuesta más conciliar el sueño a la hora habitual.

2. La ansiedad anticipatoria del lunes
No importa si te gusta tu trabajo o no; la mente interpreta el inicio de la semana como un momento que requiere activación. Esa preparación anticipada dispara el cortisol, la hormona del estrés, y mantener altos sus niveles justo a la hora de dormir dificulta desconectar mentalmente.

3. Los excesos del fin de semana
Comidas más copiosas, alcohol, cenas tardías o cambios bruscos en la rutina pueden interferir en la arquitectura del sueño, esas fases que se suceden de manera natural durante la noche. Cuando este equilibrio se altera, el descanso se vuelve más ligero o fragmentado.

Según Estivill, la clave no está en “arreglar el domingo”, sino en cuidar el ritmo durante todo el fin de semana. Respetar los horarios de sueño —aunque sea con pequeñas variaciones— ayuda a que la transición al lunes sea más amable.

¿Duermes bien? El rasgo clave que denota como es la calidad de tu descanso

Uno de los mitos más extendidos sobre el descanso es que recordar lo que soñamos implica haber dormido profundamente. Para Estivill, esto es justo al revés. Desde su experiencia como neurofisiólogo, afirma que recordar muchos sueños suele ser señal de que el sueño se ha visto interrumpido.

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¿Sabías esto?🥵

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Todos soñamos cada noche, pero solo recordamos esos sueños si nos despertamos durante ellos o inmediatamente después. Esto sucede, en la mayoría de los casos, en la fase REM, la etapa en la que las imágenes oníricas son más vívidas. En personas mayores, los llamados “microdespertares” —pequeños cortes en la continuidad del sueño— son más habituales, lo que explica que recuerden más sueños que un joven, que tiende a dormir con menos interrupciones.

A estos despertares puede sumarse la ansiedad, un factor que intensifica la actividad mental nocturna y origina las temidas pesadillas. Por eso, aunque resulte tentador interpretar el recuerdo de los sueños como algo positivo, conviene observarlo como un posible indicio de que el descanso no está siendo tan profundo como debería.

La peor postura para dormir, según los expertos en sueño

Otro de los temas en los que Estivill insiste es la postura corporal, así lo relata en el pódcast La Fórmula del Éxito del presentador y creador de contenido Uri Sabat.

La peor postura para dormir, según el doctor Eduard Estivill

 Aunque cada persona adopta de manera intuitiva la que le resulta más cómoda, no todas tienen el mismo impacto en la salud respiratoria. Para el especialista, la posición que más problemas puede causar es dormir boca arriba.

El motivo es sencillo: al relajarse la musculatura durante el sueño, la mandíbula inferior cae ligeramente hacia atrás, especialmente si es pequeña o si existe predisposición anatómica. Este movimiento puede estrechar el paso del aire y provocar ronquidos o incluso microapneas.

La alternativa más recomendable, según el experto, es dormir de lado, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Esta postura facilita la respiración y reduce las probabilidades de roncar. Aun así, si alguien duerme boca arriba y no ha experimentado molestias, no es necesario modificar la postura de forma forzada.