Los ejercicios de Demi Moore para cuidarse: "Es una excelente forma de quemar calorías"
Esta es la rutina diaria de la actriz Demi Moore para conservar salud y un envidiable estado de forma a los 62 años

En un mundo donde la juventud se idolatra y el paso del tiempo se esconde detrás de filtros y fórmulas milagrosas, algunas mujeres deciden envejecer a su manera. Con autenticidad, fuerza y sin pedir permiso. Demi Moore es una de ellas. A sus 62 años, la actriz no solo está viviendo un renacer artístico con su papel en La sustancia, sino que se ha convertido en un verdadero icono de bienestar holístico.
¿Su secreto? Una mezcla de consciencia corporal, conexión con la naturaleza y una alimentación que mima cada célula y que se nota en el exterior, no hay más que ver su espectacular físico.
La película dirigida por Coralie Fargeat, que arrasó en Cannes, lanza una pregunta incómoda: ¿Hasta dónde estarías dispuesta a llegar por no envejecer? El personaje de Moore respondería: “¡A todo!”, por ello, cae en una espiral de adicción a sustancias antiedad en una historia que mezcla terror, crítica social y ciencia ficción.
Pero fuera de la pantalla, Demi ha optado por un camino muy distinto. Ella no busca el milagro, sino el equilibrio. Y el resultado es evidente: una mujer segura, en forma y en armonía con su cuerpo, su edad y su vida.
Rutina antiedad: los hábitos reales de Demi Moore para sentirse (y verse) increíble a los 60+
Después de un tiempo alejada del deporte, posiblemente por la intensidad física que le exigieron papeles como el de La teniente O’Neil, Moore retomó el ejercicio con un enfoque más amable, pero igual de potente.
¿Su favorito absoluto? Caminar por la montaña al amanecer. Una rutina que ha convertido en su ritual de autocuidado. Le aporta claridad mental, energía y un reset emocional que ni el mejor spa.
Pero no es lo único que practica. En su mix de bienestar también están el yoga (para la flexibilidad y la calma), boxeo suave (para liberar tensiones), ejercicios de fuerza funcional y, por supuesto, cardio con ritmo, como puede ser la natación o el senderismo, que combina desconexión y tonificación.
Tip de experta: A partir de los 50, mantener masa muscular es clave para evitar la sarcopenia, una condición que debilita músculos y huesos. La actividad física regular, como el senderismo o el yoga, es la mejor aliada para combatirla.
Senderismo: el ejercicio físico y mental de Demi Moore (y por qué deberías probarlo)
No hace falta un gimnasio boutique para conseguir resultados visibles. De hecho, caminar por senderos naturales puede ser uno de los mayores regalos para tu cuerpo y tu mente.
Diversos estudios lo respaldan: media hora de caminata en la naturaleza reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés) hasta un 28% así como mejora la frecuencia cardíaca: "Es una excelente forma de quemar calorías", ha revelado en más de una ocasión para sus seguidores de Instagram, indicando que si camina por rutas irregulares puede quemar entre 400 y 550 calorías por hora, más que muchas rutinas de gimnasio.
Y no solo eso: al ser una actividad de bajo impacto que implica carga corporal, también protege la salud ósea —clave para prevenir la osteoporosis— y fortalece grupos musculares esenciales como glúteos, piernas, abdomen y espalda. Si se añaden bastones de trekking, incluso se trabajan brazos y hombros. En resumen, una actividad integral que mejora la longevidad.
Caminar por la montaña: receta de antienvejecimiento cognitiva más allá de lo físico
Un dato curioso es como, además, caminar sobre terrenos irregulares, activa zonas del cerebro que favorecen la atención plena y la neuroplasticidad —la capacidad del cerebro de adaptarse, aprender y mantenerse joven.
Además, el senderismo exige concentración visual y atención constante al terreno, lo que activa zonas clave del cerebro relacionadas con la memoria, la toma de decisiones y la agilidad mental. Esto lo convierte en un ejercicio altamente efectivo para potenciar la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro de adaptarse y renovarse, algo vital a medida que envejecemos.
Glow mental: Caminar entre árboles activa el lóbulo frontal, mejora la concentración y fortalece las conexiones neuronales. Una sesión de senderismo equivale, en términos de bienestar, a una meditación activa.
Y si hablamos de beneficios físicos, la lista es aún más impresionante: controla el colesterol, fortalece el corazón, activa el metabolismo, mejora la densidad ósea y tonifica piernas, glúteos y abdomen. Si le sumas bastones o una pequeña mochila con peso, como hace Demi Moore, trabajas también brazos, espalda y core.
Belleza desde el plato: así es la dieta “raw glow” de Demi Moore
Lo que comes se nota. No solo en la piel, sino también en tu energía, tu digestión y hasta en tu estado de ánimo. Por eso, Demi Moore ha hecho de la alimentación un acto de autocuidado consciente.
Su estilo alimenticio se basa en el crudiveganismo flexible, también conocido como raw food: muchos vegetales crudos, frutas frescas, semillas, caldos naturales y alguna proteína animal de calidad como pescado azul crudo (sí, el salmón sigue en su lista).
Un día en la dieta crudivegana de Demi Moore
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Desayuno: Mandarina, pan integral y una infusión de rosa mosqueta (rica en vitamina C y antioxidantes).
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Comida: Ensalada fresca de trigo germinado, col blanca, pepino y cebolla morada.
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Cena: Crema tibia de calabaza con un puñado de nueces o almendras.
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Snacks entre horas: Ciruelas pasas, semillas de calabaza o chía, y mucha agua.

Beauty tip: Los alimentos crudos aportan enzimas naturales que favorecen la digestión, mejoran la microbiota intestinal y ayudan a una piel más luminosa desde dentro.
Esta forma de comer no solo la mantiene delgada, sino con una energía vibrante. “Me siento más fuerte, más conectada conmigo misma, y eso también impacta en mi salud mental”, ha dicho en varias entrevistas.
Envejecer con estilo es invertir en ti cada día
Demi Moore no ha hecho un pacto con el diablo. Ha hecho un pacto con ella misma. Ha decidido vivir su edad con fuerza, con alegría, con hábitos reales que alimentan su cuerpo y su alma.
En un mundo obsesionado con borrar arrugas y ocultar canas, su historia nos recuerda que la belleza real no está en detener el tiempo. Porque lo que verdaderamente rejuvenece no está en una aguja ni en una crema milagrosa, sino en moverte, respirar hondo, cuidar lo que comes y —sobre todo— tratarte con amor.