Los hoteles por horas para infieles se desmelenan: “Tenemos problemas de disponibilidad”

Reservar una habitación con jacuzzi en un 'love hotel', cuyas instalaciones están pensadas para maximizar tanto la privacidad como el placer, no es fácil a según qué franjas horarias

La entrada al Hotel Loob de Valencia, un hotel por horas para infieles, tras pasar por la recepción automática / LOOB
La entrada al Hotel Loob de Valencia, un hotel por horas para infieles, tras pasar por la recepción automática / LOOB

“Te tengo que encerrar. Normas de la casa”, se disculpa Rosa, la recepcionista, cuando suena el timbre. Y me deja, sin llave, en esta habitación que invita a la lujuria y a dejar volar la imaginación. ¿Cuántas parejas se habrán amado sobre esta cama XXL? ¿Cuántas parejas se habrán roto por lo que aquí, bajo este espejo de dimensiones indecentes, ha acontecido? De la cama al jacuzzi sólo hay un salto. Del amor al desamor, un paso en falso. “Este 2022 está siendo una locura. Estamos a tope y va a más”, expone a este medio Ada Larrea, la gestora de Luxor Barcelona, un hotel por horas de la zona alta. “Ahora tenemos muchos problemas de disponibilidad”, coinciden desde La Paloma, un concurrido love hotel sólo para adultos también en la ciudad condal.

La suite Diva de Luxor Barcelona con el espejo en el techo y el jacuzzi al fondo / CG
La suite Diva de Luxor Barcelona con el espejo en el techo y el jacuzzi al fondo / CG

 Un 42 % de los hombres y un 31 % de las mujeres españolas han sido infieles alguna vez, según el estudio paneuropeo Infidelidad y evolución de las relaciones no monógamas, realizado por la consultora Yougov para Gleeden, la aplicación de infieles que alcanzó un récord de altas (+160 %) durante el confinamiento. Ahora, durante la pandemia, “ha habido más conflictos de pareja, y un mayor número de personas ha buscado salidas ficticias como la infidelidad”, expone la sexóloga y terapeuta de pareja, Silvia Sanz, quien explica que estos encuentros extraconyugales “suelen tener lugar en hoteles”. Pero no en hoteles cualquiera…

Sin llave y sin poder salir de la habitación

Los huéspedes llegan en coche “y encuentran una máquina para hablar con recepción. Se escanean los documentos y listo. Nosotros no vemos a la pareja”, explica Tamara, una empleada del Motel Los Peñascales, ubicado en Las Rozas (Madrid), cuyo lema es “Tu love hotel más privado”. Desde el garaje se accede directamente a la habitación, y a disfrutar de la suite con jacuzzi y sauna durante un mínimo de cuatro horas (115 euros) o todo el día (165 euros). En Shhh Motel (Castellón) y en La França, que lleva 50 años abierto en Barcelona, velan tanto por la privacidad de sus huéspedes que no han querido atender a este medio.

El Motel Los Peñascales / CHEQUÉALO
El Motel Los Peñascales / CHEQUÉALO

El Hotel La Paloma de Barcelona está dividido en zona turística y zona para parejas. “Es para que los clientes no se crucen con nadie”, apunta un trabajador, quien asegura que no dan llave de la habitación a los huéspedes porque no puede salir cuando les plazca. “Siempre se les acompaña. Cuando llegan y cuando se marcha”, añade. En este hotel para amantes, la estancia mínima es de seis horas, y los precios oscilan entre 53 y 66 euros. En Motel Punt 14, uno de los love hotels más populares en Booking, sucede lo mismo: si sales de la habitación, no puedes volver a entrar.

Del Jacuzzi al infierno

“Las habitaciones más demandadas son las que tienen jacuzzi”, apuntan desde Hotel Loob (Madrid y Valencia) sobre la tipología de habitación que prefieren los clientes, y que cuesta 80 euros por cuatro horas de diversión. Por supuesto, también ofrecen garaje privado, registro de entrada anónimo y atención 24 horas. “Será nuestro secreto” es su leitmotiv, pero todos los espejos, ubicados estratégicamente para no perder detalle del cuerpo del otro, hablan por los cuatro costados.

Una botella de champán y el jacuzzi / MOTELLOSPEÑASCALES
Una botella de champán junto al jacuzzi / MOTELLOSPEÑASCALES

“Nuestros jacuzzis disponen de 500 litros y están pensados para dos o tres personas”, explican de Rooms Madrid, una cadena que ha abierto tres hoteles (Ventas, Bernabéu y Avenida América) por horas en la capital. Allí, una habitación con jacuzzi cuesta 35 euros la hora. Ni la habitación Carmín (30 euros) ni la Lujuria (40 euros), en Luxor Barcelona, tienen bañera de hidromasaje, pero la suite Bandida (50), la Peccatum (60) y la Diva (60), que se alquilan por horas sueltas, sí. En todos ellos, además de las inmensas bañeras a pie de cama, alquilan juguetes eróticos.

La hora de los amantes

¿Son parejas o amantes? “Entre semana vienen sobre todo parejas de amantes, y el fin de semana hay parejas que vienen a celebrar un aniversario o a buscar un poco de chispa”, detalla Tamara, del Motel Los Peñascales, sobre un modus operandi que también se da en el resto de establecimientos.

En Luxor, por ejemplo, las horas más demandadas son las tardes a partir de las cinco, “cuando la gente sale de trabajar, pero hemos bajado precios, y los fines de semana también vienen muchos jóvenes al salir de la discoteca”, apunta la gestora del hotel. “Los que vienen de siete a ocho de la mañana, o al mediodía, claramente son infidelidades, pero nosotros nunca preguntamos”, añade. Según una encuesta de Gleeden, un 50 % de los infieles gasta menos de 100 euros al mes en este tipo de hoteles, mientras que un 44 % dedica entre 100 y 300 euros mensuales. Un 48 % de los hombres encuestados, planea una escapada a un hotel con su amante.

Pago en metálico o "servicios profesionales"

Antes del Covid, “casi todos pagaban en metálico, pero ahora se ha equilibrado”, apuntan desde el Motel Los Peñascales. “El pago que realizas se registrará en tu extracto bancario como: Servicios Profesionales”, advierten en Luxor, donde la mayoría de clientes paga en metálico.

La fachada del discreto hotel por horas Luxor Barcelona / CG
La fachada del discreto hotel por horas Luxor Barcelona / CG

“Piensa que hay infidelidades y que hay gente que viene con señoritas y prefiere no dejar rastro”, concluye Rosa en la recepción de Luxor. Acto seguido, suena el timbre de nuevo, me invita a pasar a una sala contigua, cierra la puerta, hace el check in y me invita a salir mientras suena el teléfono.

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