Los expertos critican los helados de los nutricionistas 'influencers' como Carlos Ríos y Mario Ortiz

Entre los nutricionistas influencers, aquellos que tienen muchos seguidores y visibilidad, hay una nueva moda: lanzar helados creados por ellos mismos que son, supuestamente, saludables. El primero fue Carlos Ríos, antaño el mayor crítico de los ultraprocesados, y ahora ha sido el dietista-nutricionista Mario Ortiz quien se ha animado con este producto dulce. Sin embargo, estos alimentos no convencen a los expertos.

Por ejemplo, Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y docente, ha señalado en Twitter que este helado es en realidad un “caballo de Troya” y que, con esta práctica, Ortiz  hace pasar “alimentos superfluos por buenas opciones nutricionales”. En cambio, el cocinero Mikel López Iturriaga ha sido más contundente al afirmar que “los helados ‘saludables’ no existen”. Además, ha pedido a sus seguidores que 'pasen' de estos productos “y de las recetas de postres healthy'de las influencers”. En la misma línea, el doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos Miguel A. Lurueña ha expresado que, bajo su punto de vista, el anuncio de Ortiz "incumple la legislación”.

Un helado con el que "te puedes comer la tarrina entera"

En concreto, Mario Ortiz ha lanzado su helado con la marca Gelafit. Además, en Instagram lo ha presentado como "el mejor del mercado", rico en proteínas, bajo en calorías y saludable. “Para que te puedas comer la tarrina entera y no pase nada”, ha expresado. Esta última frase ha levantado multitud de críticas, y algunos tuiteros han acusado a Ortiz de favorecer comportamientos alimenticios peligrosos o incluso trastornos.

Un helado Gelafit de caramelo (290g) contiene 23,4g de azúcar, equivalente a 5,9 terrones.
Gran parte del azúcar libre proviene de la glucosa y galactosa que se produce al romper las moléculas de lactosa mediante la lactasa. pic.twitter.com/mRDMHsuNdL

— sinAzucar.org (@SinAzucarOrg) June 30, 2022

Posteriormente, el propio Mario Ortiz se ha defendido de las críticas y ha argumentado que había afirmado que se podía comer la tarrina entera “con un tono” desenfadado. Además, ha reconocido que el precio del helado es elevado porque el coste del envío refrigerado es muy alto.