No lo sabías: España acoge este año uno de los mercadillos navideños más espectaculares de Europa
Guía del mercadillo navideño de la Plaza del Pilar, el gran reclamo turístico de Zaragoza en diciembre, que muchos ya consideran el mejor de Europa
Hay lugares que, cuando llega diciembre, parecen encender un interruptor secreto. Zaragoza es uno de ellos. La plaza del Pilar, normalmente amplia y luminosa, se transforma en un pequeño universo navideño donde huele a canela, brillan las luces y suena música que invita a pasear sin prisa.

Aquí se instala uno de los mercados navideños más especiales de España, una cita que mezcla tradición, diversión y ese espíritu festivo que nos reconcilia con el invierno.
Zaragoza en clave navideña
Cada año por estas fechas, la plaza del Pilar se convierte en el epicentro de la ciudad y reclamo de turistas. Y no es de extrañar porque se inaugura su temporada invernal con una nueva edición de su mercadillo más navideño, que vuelve a instalarse desde finales de noviembre hasta Reyes.
Durante estas semanas, la plaza se convierte en un continuo ir y venir constante de visitantes que buscan desde regalos únicos hasta un plan diferente para compartir en familia una tarde cualquier fin de semana. El horario es amplio, prácticamente todo el día se puede disfrutar del ambiente, y las noches de fin de semana se alargan lo suficiente para pasear sin mirar el reloj.
Casetas con encanto y artesanía de verdad
El corazón del mercadillo lo forman sus casetas de madera, esas que parecen sacadas de una postal invernal. Más de cuarenta artesanos exponen sus piezas: desde adornos navideños hechos a mano hasta joyería, cerámica, textiles o cosmética natural. Es el tipo de mercado donde es imposible no encontrar un regalo especial… o no caer en la tentación de darse un capricho.

La parte gastronómica también merece una parada: dulces tradicionales, productos locales, quesos, embutidos y todo lo necesario para merendar mientras se disfruta del ambiente. Lo difícil es elegir.
Un parque temático navideño al aire libre
A diferencia de otros mercados europeos más centrados en las compras, el de la plaza del Pilar es todo un espacio de actividades. Aquí la Navidad se vive, no solo se mira. Entre sus imprescindibles:
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El Árbol de los Deseos, donde niños y adultos cuelgan mensajes cargados de ilusión.
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La Casita de Papá Noel, perfecta para entregar cartas y hacerse fotos de esas que luego acaban en la nevera todo el año.
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El tobogán de trineos neumáticos, uno de los favoritos del público, ideal para liberar adrenalina entre luces y villancicos.
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La pista de hielo, donde el ambiente romántico está más que garantizado.

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Atracciones sostenibles, como la noria ecológica o los paseos en ponis, que aportan un toque entrañable y muy “slow”.
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Carruseles, trenecitos y escenarios donde siempre hay música, cuentos o pequeñas actuaciones.
Es, en esencia, un lugar donde la Navidad se convierte en un juego.
Un Belén monumental que sorprende incluso a los locales
Si hay un imprescindible, ese es el Belén gigante que ocupa una parte de la plaza. Sus figuras a tamaño real, combinadas con escenografías muy cuidadas, atraen miles de miradas a diario. Es una recreación espectacular y probablemente uno de los belenes urbanos más reconocidos del país.

Un plan imprescindible para quienes aman la Navidad
La afluencia deja claro su éxito: cientos de miles de personas visitan este espacio cada Navidad. No es solo un mercado; es el punto de encuentro de la Navidad zaragozana, un espacio donde familias, grupos de amigos y turistas se entremezclan entre luces, tazas de chocolate caliente y música.
El mercadillo incorpora cada vez más propuestas responsables: atracciones ecológicas, materiales naturales y una organización pensada para convivir con el entorno sin sobrecargarlo. Detalles que lo hacen aún más especial.
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Mejor época para visitarlo: cualquier día entre finales de noviembre y el 6 de enero. Si buscas ambiente, elige fin de semana, y si prefieres calma, ve entre semana por la tarde.
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Horarios: el mercado abre desde la mañana hasta bien entrada la noche, especialmente los festivos.
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Para familias: la casita de Papá Noel, el tobogán y el árbol de los deseos son paradas obligatorias.
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Para los que van sin niños: la pista de hielo al anochecer y un paseo entre casetas con algo caliente entre manos es un plan perfecto.
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Tip de local: llega antes del atardecer y quédate hasta que se ilumine toda la plaza. La experiencia cambia por completo.
El mercadillo de la plaza del Pilar no es solo una visita más en el calendario navideño: es una experiencia sensorial que combina tradición, entretenimiento y la magia de una de las plazas más emblemáticas del país. Perfecto para regalarse una tarde especial, para encontrar regalos diferentes o simplemente para dejarse envolver por ese ambiente que solo se vive en diciembre.


