Los alimentos que Sara Carbonero ya no incluye en su dieta: "Tengo claro que somos lo que comemos"

La periodista admite su relación amor-odio con el ejercicio, aunque admite que los resultados que ha obtenido cambiando el tipo de alimentación que llevaba la han dejado fascinada

Los alimentos que Sara Carbonero ya no incluye en su dieta / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL
Los alimentos que Sara Carbonero ya no incluye en su dieta / Montaje CONSUMIDOR GLOBAL

Sara Carbonero ha sido durante años un rostro reconocido en los medios, pero también se ha convertido en un referente de estilo de vida saludable. Tras atravesar un proceso médico complicado cuando le diagnosticaron cáncer de mama en 2019, la periodista decidió replantearse sus prioridades, centrándose más que nunca en su salud física y emocional.

Hoy, su rutina está marcada por una alimentación consciente, baja en procesados, y una actividad física que, sin ser excesiva, pues “aún no le ha picado el bicho del deporte”, se adapta a sus necesidades reales de moverse periódicamente y oxigenar sus músculos.

En una entrevista reciente con Women’s Health, Sara habló sin filtros sobre su relación con la comida y el ejercicio. Lejos de seguir modas pasajeras o dietas milagro, ha optado por una manera de vivir que busca eliminar toda posibilidad de causar perjuicio a sus células: “Tengo claro que somos lo que comemos”, afirma con rotundidad, reflejando una filosofía de alimentación estricta que aplica día a día pensando en proteger su organismo de enfermedades.

Adiós al azúcar y a lo que no le sienta bien

En casa de Carbonero, hay ingredientes que han pasado a mejor vida: “E casa, el azúcar prácticamente ha desaparecido, los lácteos van quedando en un segundo plano, el gluten se reduce, y la carne roja ya casi no forma parte del menú habitual. No por imposición ni por seguir una corriente dietética estricta, sino por convicción, porque ha descubierto que su cuerpo responde mejor así. No es una cuestión de obsesión, sino de cómo me siento cuando reduzco estos productos. Mi cuerpo lo agradece”, cuenta.

Su despensa se ha convertido en un pequeño templo de alimentos naturales: vegetales de todos los colores, frutas de temporada, pescados, cereales integrales sin gluten y proteínas magras. Una base que, además de aportar nutrientes clave, le proporciona energía estable y digestiones más ligeras.

Un batido verde que conquista incluso a los más pequeños

Una de sus rutinas estrella es el “zumo de Hulk”, como lo llama en redes sociales. Se trata de un batido casero que prepara con pepino, cilantro, jengibre, manzana y kale. Esta mezcla no solo es refrescante, sino que está cargada de antioxidantes y vitaminas que refuerzan el sistema inmune. “Incluso a mis hijos les encanta. ¡Se han hecho fans del batido!”, dice entre risas.

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Un batido verde antioxidante como el que toma Sara Carbonero todos los días/ CANVA

Este tipo de bebidas pueden ser una gran aliada cuando se busca un chute natural de energía sin recurrir a azúcares añadidos o suplementos artificiales. Y lo mejor: se prepara en cuestión de minutos.

Pilates reformer: su rutina favorita para estirar, tonificar y relajarse

Aunque reconoce que no es una apasionada del deporte tradicional, Sara ha encontrado en el pilates reformer una forma de mantenerse activa sin renunciar a su ritmo. Esta es una variante del método Pilates tradicional, pero se realiza con una máquina llamada así, diseñada por Joseph Pilates (el creador de la técnica). Esta máquina tiene una plataforma deslizante con muelles, poleas y correas, que permiten trabajar con diferentes niveles de resistencia.

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Pilates reformer, la disciplina que ha enamorado a Sara Carbonero/ CANVA

A diferencia del pilates en colchoneta, el reformer ofrece un soporte y una resistencia que permiten movimientos más precisos, profundos y controlados, adaptados al nivel de cada persona. Esta modalidad trabaja fuerza, elasticidad y postura, se ha convertido en su rutina preferida: “Es lo que mejor me va para tonificar y cuidar mi cuerpo sin forzarlo”.

Además, combina estas sesiones con ejercicios de cardio y fuerza moderada, especialmente ahora que es consciente de la importancia de preservar la masa muscular con el paso de los años (a partir de los 35 está demostrado que se pierde densidad en el músculo).

“Hago lo que puedo, y cuando puedo. No me presiono, pero sí intento ser constante”, explica no sin antes alabar el trabajo diario de la persona que le presentó esta disciplina, su amiga, socia y periodista Isabel Jiménez: "Es superconstante, cuando la conocí me dijo que llevaba haciéndolo 15 años en el mismo sitió donde empezó en la Glorieta de Bilbao. Así tiene ese cuerpazo que tiene".

¿Eliminar alimentos como el gluten o los lácteos es realmente necesario?

La elección de Sara de reducir ciertos grupos de alimentos plantea una pregunta común: ¿Es necesario eliminar productos como el gluten, los lácteos o la carne roja para estar más sanos? La respuesta, según los expertos, es que depende del caso.

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Galletas con gluten, carne y lácteos / CANVA

La nutricionista Carmina Carrazoni de las Clínicas Medfyr, aclara que no hay que eliminar alimentos sin justificación médica o síntomas claros. En personas sin intolerancias o enfermedades específicas, excluir grupos completos puede llevar a déficits nutricionales.

Por ejemplo, la vitamina B12 que se encuentra en la carne, o el calcio de los lácteos, son esenciales si no se sustituyen adecuadamente. Lo recomendable es escuchar al cuerpo y actuar con sentido común. Si ciertos alimentos provocan malestar o hinchazón, puede ser útil reducirlos, pero siempre bajo supervisión profesional.

La dieta anti-cáncer: ¿Mito o realidad?

En cuanto a los alimentos y su relación con el cáncer, la ciencia es clara en algunos puntos. Aunque el azúcar no “alimenta” directamente a las células tumorales, su consumo excesivo se relaciona con inflamación y resistencia a la insulina, factores que sí pueden favorecer ciertos tipos de cáncer. Por otro lado, los embutidos y carnes procesadas están clasificados por la OMS como potencialmente cancerígenos, especialmente en exceso y sin un contexto de dieta equilibrada rica en vegetales.

Por tanto, más que evitar alimentos de forma radical, la clave está en construir un patrón alimenticio que potencie el sistema inmune, reduzca la inflamación y promueva la salud celular. Eso incluye abundantes frutas y verduras, legumbres, grasas saludables y proteínas de calidad.

¿Se puede vivir sin azúcar, gluten, lácteos ni carne roja?

Sí, siempre que se sustituya lo que se elimina con alternativas nutritivas. Hay calcio en las almendras y las verduras de hoja verde, proteínas en el pescado, los huevos o el tofu, y cereales sin gluten como la quinoa o el arroz integral que aportan energía de calidad.

El verdadero secreto, como muestra la experiencia de Sara Carbonero, está en adoptar una alimentación que sume, no que reste. Que alimente el cuerpo, pero también respete su equilibrio y sus señales. Porque, al final, no se trata de seguir una dieta perfecta, sino de crear un estilo de vida que te haga sentir bien cada día.