El café es la bebida que más sube de precio en España: este es el motivo
Analizamos las claves de una subida que afecta al bolsillo de millones de consumidores, tanto en casa como en la hostelería
El precio del café no deja de subir en España, convirtiéndose en el producto que más se ha encarecido en 2025. Según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste de esta bebida ha experimentado un aumento de más del 15% en los primeros siete meses del año, una cifra que supera con creces a la de otros alimentos básicos.
Este incremento no distingue entre tomarlo en casa o en un bar. La subida se ha notado en todos los ámbitos, transformando un gesto cotidiano en un pequeño lujo diario.
El café, cada vez más caro
¿Recuerdas cuando un café en un bar costaba poco más de un euro? Hace apenas cinco años, era habitual encontrar precios que oscilaban entre 1,20 euros y 1,60 euros en las ciudades. Hoy, esas cifras son historia. Disfrutar de una taza de café en una cafetería cuesta entre 10 y 50 céntimos más, un sobrecoste que el consumidor final asume directamente.

La situación en los supermercados es similar, pero con un doble desafío: la inflación y la reduflación. No solo las etiquetas marcan precios más altos, sino que muchos fabricantes han reducido la cantidad de producto en sus paquetes. Así, un paquete de café de 250 gramos que en 2020 costaba unos 2,50 euros, ahora se acerca o supera los 3 euros, una barrera que se pulveriza si optamos por marcas más reconocidas.
Las claves de la subida
Pero, ¿por qué está pasando esto? No hay una única causa, sino una combinación de factores a nivel mundial que han creado la tormenta perfecta. Además, no se prevé un cambio de tendencia a corto plazo.
1. La crisis climática golpea las cosechas
El principal culpable es el clima. Brasil, el mayor productor de café del mundo, ha sufrido sequías devastadoras que han mermado gravemente su producción. A esto se suman heladas inesperadas en otras regiones productoras, causando daños a menudo irreversibles en los cafetales. Con menos grano disponible en el mercado mundial, la presión sobre los precios es inevitable.
2. Costes de producción, logística y competencia
Producir café es hoy mucho más caro. El encarecimiento de los fertilizantes, una consecuencia directa de la guerra en Ucrania, ha disparado los costes para los agricultores. A esto se suman las crisis logísticas globales, que dificultan y encarecen el transporte y la distribución del grano desde su origen hasta nuestras tazas. Además, otros cultivos más rentables están ganando terreno, reduciendo la superficie dedicada al café.
3. La nueva (y polémica) regulación europea
Un factor burocrático añade más presión. La Unión Europea aprobó en 2023 una normativa para frenar la deforestación que, aunque bienintencionada, ha sido criticada por el sector por su falta de claridad. Aunque su entrada en vigor se ha pospuesto a 2026, la incertidumbre sobre su aplicación final ya está siendo interpretada por el mercado como una futura presión al alza sobre los precios.

4. Mientras la oferta sufre, la demanda se dispara
Y por si fuera poco, mientras la producción se resiente, el mundo quiere más café que nunca. La demanda global ha alcanzado niveles récord. En Estados Unidos se encuentra en máximos de 20 años y Europa ya consume el 24% del café mundial. A la fiesta se han sumado nuevos gigantes como China y otros países asiáticos, donde el consumo, antes minoritario, crece de forma exponencial.
El café, ¿un nuevo producto de lujo?
El resumen es sencillo y preocupante: una producción mermada por la crisis climática y los altos costes choca con una demanda global desbocada. Este es el caldo de cultivo perfecto para que el precio no deje de subir.
Un escenario que amenaza con convertir un hábito tan nuestro, ese pequeño placer que marca el inicio del día para millones de personas, en un lujo al alcance de menos bolsillos.


