Valeria Ortiz, la Manolo Vital del siglo XXI: "En Torre Baró no queda ningún comercio abierto"

Recorremos las cuestas de este arrabal barcelonés, perteneciente al distrito de Nou Barris y famoso por la película 'El 47', junto a la presidenta de su Asociación de Vecinos, quien reclama mejoras urbanísticas y comerciales

Valeria Ortiz en el bar Descanso de Torre Baró, cerrado hace más de dos años / TEO CAMINO
Valeria Ortiz en el bar Descanso de Torre Baró, cerrado hace más de dos años / TEO CAMINO

Aquí, los vecinos aún se saludan al pasar. La lejanía con la ciudad, escondida tras la montaña, es su mayor virtud, pero también una condena sempiterna al olvido. Hace una mañana espléndida de principios de septiembre y sólo se escucha el cantar de los pájaros. De repente, el ladrido de un perro me saca de mi ensimismamiento quemacu y advierto la llegada de un coche, que trepa las sinuosas travesías (no llegan a calles) de Torre Baró.

Es Valeria Ortiz, la presidenta de la Asociación de Vecinos de este barrio del distrito de Nou Barris, en Barcelona. Ella es el rostro y la voz de una lucha constante por la dignidad de un suburbio levantado en los años cincuenta y sesenta, con sus propias manos, por inmigrantes llegados de todos los rincones de España. Sí, Valeria Ortiz es la Manolo Vital de la película El 47, en el siglo XXI. Porque Torre Baró, lamentablemente, todavía necesita ser escuchada por las instituciones.

Vista de Torre Baró / TC
Vista de Torre Baró / TC

--Aquí no se escucha el ruido de los coches y casi no hay cobertura… 

--Se vive muy bien en Torre Baró, pero tenemos muchas carencias. Mira, ahí está un vecino limpiando el borde de la calle porque no llega la poda.

--¿No vienen los de Parques y Jardines?

--Aquí no viene nadie. Bueno, viene el autobús, pero este agosto hemos tenido quince incidencias con el autobús. Quince. Supongo que se estropean con tanta cuesta... Hoy por hoy, no hay nada en Torre Baró. Vivimos una dejadez total y absoluta en el barrio por parte de las instituciones. 

--Habrá una tienda de alimentación…

--Aquí no hay nada abierto. El último colmado cerró hace casi 30 años. Mira, estaba allí, aún conserva el letrero. Aquel que pone panadería.

La antigua panadería de Torre Baró / TC
La antigua panadería de Torre Baró / TC

--¿Y qué hacen los vecinos si quieren una barra de pan?

--Has de confiar en que pase el autobús e ir a comprar a Valldaura, Ciudad Meridiana, Roquetes o Canyelles. Los de la parte sur van a Trinitat Nova o Vía Julia. Todo está a 15 o 20 minutos de autobús, y hay que desplazarse para todo. Yo vengo ahora mismo de hacer la compra en Valldaura. El problema es que es un barrio de gente mayor, y bajar caminando, puedes bajar, pero subir… imposible.

--No está mal esta cuesta…

--Es la cuesta del Pocholo, porque ahí, en esa casita, el Pocholo tenía un bar. Hacía unas tapas espectaculares. Pedías una Coca-Cola y salías cenado. Hasta que se jubiló. Luego lo cogió otra gente, pero también cerraron. Hará unos 8 o 9 años.

La casita donde estaba el antigua bar del Pocholo / TC
La casita donde estaba el antiguo bar del Pocholo / TC

--¿Tampoco hay un bar donde hacer un alto en el camino e hidratarse?

--Nada. Ahí, un poco más adelante, estaba el bar Descanso. Fue el último en cerrar. Tenía mucha visión de negocio esta gente. Lo llevaba una pareja mayor, y la señora Ana hacía unas bravas increíbles. Eran famosas. También hacían un menú de brasa e incluso montaron un chiquipark dentro. La mitad de Torre Baró hizo su comunión aquí. ¿Cuántas horas me habré pasado yo sentada aquí? 

--¿Cuándo cerró?

--Hará un par de años. En marzo de 2023, diría que fue.

--¿Y por qué cerró?

--El señor Víctor, el marido de Ana, cayó enfermo, y los hijos decidieron cerrar para cuidarlos. Una lástima. Ahora, los vecinos no paran de darles la tabarra para que vuelvan a abrir.

Valeria Ortiz bajo el rótulo del viejo bar Descanso / TC
Valeria Ortiz bajo el rótulo del viejo bar Descanso / TC

Nos subimos a la acera para que pase el autobús.

--Valeria Ortiz, al conductor: Estamos recordando el bar para una entrevista.

--Conductor: Mujer, avísame y me peino un poco (la calvicie).

El autobús sigue su ruta, ahora cuesta abajo.

--El bar Descanso era el punto de unión del barrio, un punto de encuentro de gente mayor y gente joven. Ana cocinaba de maravilla y el trato era estupendo. Hacían hasta recogida de paquetes.

--¿Aquí llegan Amazon, Glovo y compañía?

--Ahora, sí. Hará unos cuatro años. Pero no están todos los restaurantes. Antiguamente, sólo llegaba la pizza Capri, porque un vecino trabajaba allí, en Trinitat Vella. Tenían una moto y hacía que llegara hasta aquí. 

--No habrá restaurantes en Torre Baró, pero suerte de ese vecino pizzero y solidario…

--¡Y tanto! Aunque, bueno, al lado de la torre estaba El Cordero, un restaurante en el mirador de Torre Baró que hacía hasta banquetes y bodas. Estaba muy bien. La mitad de los vecinos se casaron allí. Pero cerró hace 6 años. Cerró un día y nunca se supo nada más. Dicen que lo han comprado unos rusos. Dicen, que sea verdad o mentira, eso ya no lo sé. Te hacías la peregrinación hasta allí arriba y te pedías unas alcachofas a la brasa. Se estaba muy bien. Y mira, este era el bar Esther, que cerró hace 15 años. Ahí, un poco más abajo, estaba el del Paco y la Mari. Aquí llegaron a convivir cuatro bares no hace tanto, pero nunca hemos tenido supermercado. Jamás. 

El bar Esther con la persiana bajada / TC
El bar Esther con la persiana bajada / TC

--En 2025, todos las cadenas de supermercados entregan a domicilio, ¿no?

--Pues mira, Mercadona ha dejado de entregar recientemente en el barrio porque decían que no era seguro, por las cuestas y porque no tienen espacios para parar y descargar. Y eso que casi todo el mundo pedía Mercadona. En la web de Dia, BonÀrea y El Corte Inglés sí nos dejan pedir, porque vienen con furgonetas más pequeñas.

--¿Y la gente mayor cómo hace compra?

--Mucha gente joven va y le compra a los abuelos y a otros vecinos. Mira, ese es el Paco, vamos a preguntarle.

--V.O.: Paco, ¿cuándo cerraste tu bar?

--Paco: Cerré en la pandemia. Hicimos habitaciones en su lugar y ya no tenemos la licencia. En Torre Baró llegó a haber 16 bares en los años ochenta. Antes, abrían las puertas de casa a la calle y montaban un barecito simpático. Ahora ya no hay bares aquí.

--V.O.: Ni bares ni ningún otro negocio. No hay ningún comercio abierto en todo el barrio.

En la fachada de casa de Paco, en la barandilla metálica, todavía hay unas letras de neón en las que se puede leer: ‘Paqui y Mari’. Están apagadas.

El antiguo bar de la Mari y Paqui / TC
La casa de Paco / TC

--¿Y los niños, dónde van a la escuela?

--Como aquí no hay colegio, muchos vecinos los llevan detrás del castillo, a Vía Favencia y esa zona de ahí. El barrio está muy partido. Está dividido por la montaña y las pendientes.

--Aquí no hay escaleras mecánicas como en otros barrios de la ciudad…

--Ya nos gustaría… Estamos vendidos. En Torre Baró dependes del transporte sí o sí. Sin transporte, vivir aquí es inviable.

--Y antes me comentaba que el autobús había fallado este mes de agosto…

--Se estropeó y tuvimos que salir a manifestarnos más de 500 personas para conseguir que la parte sur de Torre Baró tuviese autobús de paso regular, 47 años después del famoso secuestro de Manolo Vital.

--¿Es habitual que falle el servicio?

--V.O., a una vecina: Ángeles, este chico pregunta si es habitual que falle el bus. ¿Hay bus hoy?

--Ángeles: Suele tardar media hora, pero el de la mañana no ha pasado hoy... Así hacemos deporte.

Ángeles se aleja, a pasos cortos, montaña arriba.

--Vivir en Torre Baró te da un plus de paciencia, de aguantar, de caminar, de todo. Te curte en la vida. Estamos abandonados.

--¿Qué es lo que más les urge a los vecinos de Torre Baró?

--La gente tiene ganas de verse las caras. Necesitamos puntos de encuentro. Y una farmacia. Necesitamos una farmacia. Bueno, necesitamos muchas más cosas, pero con salud y amor vamos tirando.